Galicia: vinos entre el atlántico y la montaña

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Galicia es uno de los territorios más singulares del mapa de los vinos españoles. Es un mosaicos de terroir, desde su fuerte identidad atlántica, hasta una viticultura extrema en terrazas de abruptas pendientes en la montaña. Ofrece una fuerte riqueza de sus variedades autóctonas que lograron posicionar a nivel mundial. Hoy es referente enológico con un fuerte crecimiento en materia gastronómica en las distintas capitales de la Comunidad.

Cinco denominaciones de origen

En Galicia hay más de 33 mil hectáreas de vid plantadas. Se trata del 3,5% de la superficie total se España y la producción de las bodegas gallegas equivale al 2% del total a nivel nacional. Está dividida en cinco Denominaciones de Origen (D.O.), cada una con subzonas, particularidades climáticas y variedades propias. Estas son: Rías Baixas, Ribeiro, Ribeira Sacra, Valdeorras y Monterrei.


Rías Baixas: el reino del Albariño

Subzonas: Val do Salnés, Condado do Tea, O Rosal, Soutomaior, Ribeira do Ulla
Variedades: Albariño (mayoritaria), Loureiro, Treixadura, Caiño Blanco
Suelos: Predominio de suelos graníticos con buen drenaje, ácidos y arenosos
Pluviometría: 1.200–1.800 mm/año
Temperatura media anual: 13–15 ºC

Con influencia directa del océano Atlántico, Rías Baixas es sinónimo de vinos blancos frescos, aromáticos y salinos. Su variedad estrella, el Albariño, ha trascendido fronteras, posicionándose como una de las uvas blancas más elegantes del mundo.

Productores destacados: Bodegas Martín Códax, Pazo de Señorans, Terras Gauda, Zárate


Ribeiro: colinas y ríos

Subzonas: Ribeiro Alta, Ribeiro Baja, Valle del Miño
Variedades: Treixadura (principal), Godello, Torrontés, Loureira, Albariño
Suelos: Franco-arenosos sobre esquistos, granito o arcilla
Pluviometría: 900–1.200 mm/año
Temperatura media anual: 13–15 ºC

Históricamente uno de los vinos más valorados de la península (y de Europa en la Edad Media), el Ribeiro ha sabido reinventarse apostando por la Treixadura. La proximidad de los ríos Miño y Avia crea un microclima ideal para vinos blancos complejos, con buena acidez y carácter frutal.

Productores destacados: Coto de Gomariz, Viña Mein, Bodega Eduardo Peña, Casal de Armán


Ribeira Sacra: viticultura heróica en terrazas

Subzonas: Amandi, Chantada, Quiroga-Bibei, Ribeiras do Miño, Ribeiras do Sil
Variedades: Mencía (mayoritaria), Godello, Brancellao, Sousón
Suelos: Pizarra y granito en terrazas extremas
Pluviometría: 800–1.200 mm/año
Temperatura media anual: 11–13 ºC

La Ribeira Sacra es sinónimo de viticultura heroica: pendientes que desafían la gravedad y una tradición que se remonta a los romanos y los monjes medievales. La Mencía aquí ofrece vinos minerales, con nervio y personalidad. La dificultad de mecanización ha impulsado una viticultura artesanal y de altísima calidad.

Productores destacados: Dominio do Bibei, Adega Algueira, Guímaro, Finca Míllara


Valdeorras: el renacer del Godello

Variedades: Godello (blanca) y Mencía (tinta)
Suelos: Pizarrosos y arcillo-calcáreos, con zonas de aluvión
Pluviometría: 700–1.000 mm/año
Temperatura media anual: 11–13 ºC

Valdeorras, al este de Galicia, es cuna del renacimiento del Godello. Sus blancos destacan por su estructura, volumen y longevidad. También produce tintos interesantes de Mencía y Garnacha Tintorera, con gran intensidad frutal.

Productores destacados: Rafael Palacios, Godeval, Valdesil, A Coroa


Monterrei: la región más continental

Variedades: Godello, Treixadura, Dona Branca (blancas); Mencía, Arauxa (Tempranillo), Merenzao (tintas)
Suelos: Franco-arenosos y pizarrosos
Pluviometría: 600–900 mm/año
Temperatura media anual: 12–14 ºC

En la frontera con Portugal, Monterrei es la denominación más continental de Galicia. Clima seco, amplitud térmica y suelos diversos hacen de esta región un lugar prometedor para vinos concentrados, con una acidez equilibrada y gran potencial de guarda.

Productores destacados: Pazo das Tapias, Ladairo, Quinta da Muradella (José Luis Mateo)


Galicia, el alma atlántica de los vinos españoles

La viticultura gallega es una mezcla de resistencia, identidad y evolución. A pesar de los retos que impone el clima húmedo o las abruptas orografías, los viticultores gallegos han apostado por la calidad, la autenticidad y el respeto al terroir.

Galicia brilla internacionalmente de la mano del Albariño, como uno de los vinos blancos más reconocidos a nivel internacional; al tiempo que se mete en la discusión con la enorme calidad de sus tintos de Mencía.

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