Los espumantes son un tipo de vino muy versátil a la hora de acompañar una cena. Su alta acidez natural y las burbujas ayudan y complementan muy bien con una amplia gama de comidas. La epítome de los espumosos es el Champagne. Originario de la región más septembional de Francia, ofrece notas a panadería, frutas secas, flores, y frutas mayoritariamente blancas de carozo. En este artículo te recomendamos siete platos para acompañar con un Champagne.
qué acompañar con un Champagne Brut
Mariscos y Ostras
- Por qué funciona: La frescura y la acidez del champagne brut realzan la mineralidad y el sabor salino natural de los mariscos. La efervescencia también limpia el paladar, preparándolo para cada nuevo bocado. Los mariscos crudos, como las ostras o el ceviche, tienen una textura delicada que armoniza con las burbujas y no opacan la complejidad del champagne.
- Ideal para: Ostras frescas, ceviche de camarones o carpaccio de vieiras.
Sushi y Champagne
- Por qué funciona: El champagne brut es lo suficientemente delicado para no sobrepasar los sabores sutiles del pescado crudo. Además, la acidez del champagne corta la grasa en variedades como el atún o el salmón, equilibrando sabores y texturas. La frescura y la suavidad de estos platos se ven reforzadas por las burbujas del champagne.
- Ideal para: Sashimi de salmón o atún, nigiri de pescado blanco, y rolls sin salsas pesadas.
Quesos Suaves
- Por qué funciona: Los quesos cremosos, como el Brie o el Camembert, tienen una textura rica y grasosa que combina de maravilla con la acidez del champagne. Este vino espumoso actúa como un «limpiador» del paladar, eliminando la pesadez de la grasa y resaltando los sabores del queso.
- Ideal para: Brie, Camembert, queso de cabra fresco o triple crema.
Pollo
- Por qué funciona: El champagne brut tiene el cuerpo suficiente para equilibrar el sabor de las carnes blancas asadas, especialmente cuando la piel está dorada y crujiente. Su acidez actúa para contrarrestar la grasa de la piel y los condimentos, al tiempo que intensifica las notas especiadas del plato.
- Ideal para: Pollo al horno con hierbas (romero, tomillo) o pavo asado con una salsa ligera de mantequilla o cítricos.
Risotto de Champiñones
- Por qué funciona: La cremosidad del risotto y los sabores terrosos de los champiñones crean un contraste interesante con el champagne. La acidez del brut corta la textura rica del risotto, mientras que su frescura resalta los matices de los hongos. Además, el leve toque mineral del champagne armoniza con el umami del plato.
- Ideal para: Risotto de champiñones con parmesano o con un toque de trufa.
Caviar o Huevos de Pescado
- Por qué funciona: La textura delicada del caviar y su salinidad sirven para acompañar un champagne brut de forma ideal. La acidez y efervescencia del vino limpian el paladar, mientras que los sabores cítricos y minerales del brut resaltan las notas del caviar sin opacarlo.
- Ideal para: Caviar o huevas de salmón servidas con blinis y una crema fresca ligera.
Postres No Tan Dulces
- Por qué funciona: Los postres poco dulces, como una tarta de limón o frutas frescas, no sobrepasan el equilibrio de acidez del champagne brut. Este tipo de champagne no es tan dulce, por lo que evita los postres con mucha azúcar y opta por aquellos más sutiles. Las notas cítricas o frutales del champagne combinan perfectamente con frutas y postres con una acidez moderada.
- Ideal para: Tarta de limón, ensalada de frutas frescas, macarons de limón o pistacho.
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