Originaria de la zona de Cahors en Francia, cruce entre Magdeleine noir y Prunelard, la Malbec encontró su mejor versión en Argentina. Se convirtió en la cepa insignia del país, un sinónimo del vino argentino, y una variedad de calidad mundial.
Hay varias razones por las cuales la Malbec es sinónimo de Argentina:
- Según los datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV). A diciembre de 2024, se registró un total de 47.064 ha cultivadas, lo cual representa el 23,5% del total de vid del país y el 42,1% de las variedades tintas aptas para elaboración de vinos y/o mostos. Es la variedad más cultivada de Argentina, y está planatada en 18 de 20 provincia que producen vides.
- La Provincia de Mendoza se queda con el 84,7 por ciento de la superficie total plantada de Malbec, lo que representan 39.856 ha.
- En 2024 se comercializaron 2.440.879 hl de vino varietal puro y 106.163 hl de Malbec en corte con otra variedad. Representa el 62,5% del total de vinos varietales comercializados por Argentina.
- De ese total de litros comercializados, el 51,4% de los vinos Malbec se exportó y el 48,6% se comercializó en el mercado interno.
- La comercialización total de vinos de este varietal (puro+cortes) ha aumentado en los últimos diez años un 16%. Respecto al último año (2023) registra una disminución del 1,1%, debido principalmente a una baja en el mercado interno (-6,6%) pero con aumento de las exportaciones (+4,7%).
Malbec en Argentina desde 1853
La varidad Malbec ingresó a Argentina a mediados del siglo XIX. Fue el agrónomo Michel Aimé Pouget quien trajo desde Francia varias cepas destinadas a la conformación de la Quinta Normal de Mendoza, un proyecto impulsado por Domigno Faustino Sarmiento, a imagen de lo que ya había hecho en Chile. El 17 de abril de 1853 se presentó el proyecto para crear la Quinta Normal Mendoza, y es por eso que se eligió la fecha para celebrar el Día Mundial del Malbec.
Durante casi 150 años Argentina sólo produjo vino para consumo interno. La Malbec dominó la mesa de los argentinos durante años y lo sigue a haciendo. Sin embargo, no fue hasta la década de los ’90 cuando dos productores extranjeros descubrieron el potencial de la variedad e impulsaron la revolución del vino Argentino. Se trata del enólogo y consultor francés Michel Rolland y del productor estadounidense Paul Hobbs.
La viticultura de calidad en argentina es relativamente jóven. La revolución del vino argentino lleva 25 y sigue en marcha, tratando de encontrar su lugar. No hay dudas que cada día en argentina se hacen mejores vinos. Como tampoco hay dudas que la bandera, la insignia y el corazón de la producción del país es el Malbec.
[…] 50% Malbec, 30% Cabernet Sauvignon y 20% […]