El vino es una bebida fascinante llena de aromas, sabores y matices, como ningna otra, que exalta los sentidos. Pero como toda bebida, el vino estuvo históricamente asociado a acompañar una comida. A este matrimonio, este vínculo inquebrantable entre ambos lo llamamos maridaje.
¿Qué es el maridaje?
Nos referimos a la habilidad de combinar adecuadamente un vino con la comida, buscando realzar tanto los sabores de la bebida como de los alimentos, logrando así una experiencia gastronómica completa y armoniosa. Es un arte que requiere conocimiento, experimentación y cierta dosis de creatividad.
El objetivo principal es encontrar el equilibrio perfecto entre el vino y el plato que lo acompaña. La idea es que ambos se complementen y potencien mutuamente, creando una experiencia en la que ninguno de los dos elementos opaque al otro. Al lograr esta combinación, se pueden descubrir nuevos sabores y matices que tal vez no se percibirían por separado.
Reglas generales del maridaje
1. Equilibrio de Intensidades
- Los sabores de la comida y la bebida deben tener una intensidad similar. Un plato ligero se equilibra mejor con una bebida ligera, mientras que platos fuertes requieren bebidas con cuerpo.
2. Complementar o Contrastar
- Puedes optar por complementar sabores similares o por contrastarlos. Por ejemplo, un vino dulce puede contrastar bien con un plato salado o picante.
3. Maridaje Regional
- Combina alimentos y bebidas de la misma región. Por ejemplo, los vinos italianos suelen maridar bien con la comida italiana.
4. Considerar la Acidez
- Las bebidas con alta acidez suelen equilibrar bien platos grasos o cremosos, ya que la acidez corta la grasa y refresca el paladar.
5. Dulzura
- La bebida debe ser al menos tan dulce como el plato que acompaña. Los postres, por ejemplo, van mejor con vinos dulces.
6. Maridaje por Afinidad
- Combina sabores similares, como un vino con notas afrutadas junto a un plato con frutas frescas o un toque dulce.
7. Atención al Umami
- Platos ricos en umami (como champiñones, tomates o carnes curadas) suelen ir bien con vinos con una buena estructura y bajo tanino, como los tintos ligeros o vinos blancos secos.
8. El Efecto del Tanino
- Los vinos tánicos (con mucha astringencia) maridan mejor con carnes rojas, que suavizan la sensación de sequedad en la boca.
9. Burbujas y Fritos
- Los vinos espumosos son excelentes para acompañar alimentos fritos, ya que las burbujas ayudan a limpiar el paladar.
10. Maridaje de Color
- Aunque no es una regla estricta, a veces se considera que los vinos blancos van mejor con carnes blancas (pescado, pollo) y los tintos con carnes rojas.
Maridar por complemento o por contraste
Existen diferentes enfoques a la hora de maridar. Algunos se basan en la armonía de sabores, buscando que los gustos se complementen y se realcen entre sí. Hablamos de maridaje complementario. Por ejemplo, un vino tinto robusto y especiado puede maridar de manera excepcional con una carne asada, ya que los sabores intensos de ambos se potencian mutuamente.
Otro enfoque es el contraste, donde se busca crear un equilibrio entre sabores opuestos. Un ejemplo clásico es el maridaje de vino blanco seco con pescado graso, como el salmón. La acidez y frescura del vino blanco contrasta de manera perfecta con la untuosidad del pescado, creando una experiencia gustativa única.
La epítome del maridaje por contraste es un queso azul con vino dulce.
Además de los sabores, otros elementos a considerar son la estructura del vino (cuerpo, taninos, acidez) y la intensidad de los sabores del plato. Por ejemplo, un vino con cuerpo y taninos suaves puede maridar bien con carnes rojas jugosas y con cierto grado de grasa, mientras que los vinos más ligeros y frescos pueden resaltar los sabores de platos más delicados como pescados blancos o ensaladas.
Maridaje regional
Hay un tipo de maridaje que muchas veces va en contra de las reglas gastronómicas, pero que sobresalen por ser productos del mismo terroir. Saliendo del vino, suchi y sake es un maridaje tradicional histórico de Japón. En Argentina encontramos un maridaje regional entre la única cepa nacional y una comida típica: empanadas de carne salteñas y torrontés.
Es importante destacar que el maridaje no se trata de reglas fijas, sino de pautas generales que pueden ser exploradas y experimentadas. No hay una única respuesta correcta, ya que el gusto personal y las preferencias individuales juegan un papel importante. Cada persona tiene sus propios gustos y sensibilidades, por lo que lo más importante es disfrutar y explorar nuevas combinaciones.
En última instancia, el maridaje es una invitación a la creatividad y al descubrimiento. Es una oportunidad de combinar sabores y explorar nuevos territorios gastronómicos.
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