De qué hablamos cuando hablamos de taninos

Es quizás una de las preguntas más frecuentes entre quienes comienzan a vincularse con el mundo del vino: Qué son los taninos. Se trata elementos clave para la personalidad y calidad que vaya a tener un vino tinto, así como un punto central en el análisis sensorial que se haga del mismo.

Qué son los taninos

Se trata un grupo de sustancias químicas que pertenecen a la familia de los polifenoles. Aunque se encuentran en diferentes plantas, son particularmente notables en las uvas utilizadas para hacer vino tinto. Son responsables de proporcionar estructura, sabor y, en muchos casos, la capacidad de envejecimiento del vino.

Percepción en el paladar

Una de las características más notables de los taninos es su impacto en la percepción sensorial al beber vino tinto. Crean una sensación de sequedad en la boca, similar a la experiencia de morder una cáscara de nuez. Esta sensación puede variar desde suave y agradable hasta firme y astringente, dependiendo de la cantidad y la calidad de los taninos presentes en el vino.

Cómo llegan al vino

Los taninos se extraen principalmente de las pieles de las uvas durante el proceso de fermentación. Las variedades de uva, así como las técnicas de vinificación, influyen en la cantidad y la naturaleza de los taninos en el vino resultante. Además, el envejecimiento del vino en barricas de roble agrega otra capa, contribuyendo a la complejidad y la estructura del vino.

Efecto en el envejecimiento

Los taninos desempeñan un papel crucial en el envejecimiento del vino. Con el tiempo, los taninos pueden suavizarse, lo que resulta en un vino más redondo y equilibrado. Esto es especialmente evidente en vinos tintos de guarda, que mejoran en sabor y textura con años de envejecimiento en la botella.

Los taninos son elementos esenciales para la personalidad y la calidad del vino tinto. Su presencia proporciona estructura, sabor y la capacidad de envejecimiento, creando una experiencia sensorial única.