El parral o pérgola es un sistema de conducción alto: la vegetación se apoya sobre una “mesa” de alambres por encima de la cabeza y los racimos cuelgan a la sombra del follaje. Se utiliza tanto en uva de mesa como en viticultura de precisión para vino, con variantes locales (parrón español, pergola trentina, ramada, etc.). Esta arquitectura cambia el microclima del racimo y la forma de trabajar la viña en comparación con el espaldero (VSP, cordón, guyot), donde la pared foliar es vertical.
Beneficios típicos del parral
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Protección frente a insolación y golpes de calor: al mantener los racimos sombreados se reduce el riesgo de quemaduras y deshidratación en zonas cálidas o de alta radiación.
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Mejor ventilación y sanidad en climas húmedos: cuando se eleva el dosel y se favorece el paso del viento (caso clásico de Galicia con Albariño) y la altura aleja los racimos de la humedad del suelo.
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Versatilidad para uva de mesa: permite colgar racimos grandes, embolsar, o incluso techar con mallas/plásticos para ajustar cosecha.
Costes y compromisos
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Estructura más cara y pesada que un espaldero, menor densidad de plantas por hectárea en muchas DO de mesa (p. ej., Vinalopó).
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Menor mecanización: poda, atado y vendimia suelen ser más manuales y ergonómicamente exigentes; el espaldero facilita tareas y mecanización.
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Vigor y rendimiento: el parral puede sostener más superficie foliar y altos rindes si no se controla; el manejo de canopia es clave para calidad.
Parral vs. espaldero (en pocas líneas)
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Microclima del racimo: parral = sombra + aireación alta; espaldero = mayor exposición y fácil ajuste con deshojes.
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Objetivo productivo: parral es muy útil para tabla y para vinos en climas extremos (mucho sol o mucha lluvia). Espaldero sobresale donde se prioriza precisión y mecanización.
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Mano de obra y costos: parral demanda más trabajo manual especializado; espaldero reduce costes operativos con equipos.
Zonas productoras donde el parral es protagonista
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España – Rías Baixas (Galicia): Albariño sobre parras con postes de granito; la altura favorece la ventilación y reduce enfermedades en un clima muy húmedo.
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Argentina – Salta (Valles Calchaquíes, Cafayate): presencia de parral, especialmente en Torrontés, para proteger racimos de la intensa radiación en altura; convive con espalderos modernos.
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Chile – Norte Chico (Atacama/Coquimbo, p. ej. Copiapó): el parrón español es el sistema más usado en uva de mesa y pisquera; también se ve (menos) en vinífera.
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Perú – Ica, Piura y Lambayeque: polos de uva de mesa donde predominan parrales y, cada vez más, gable/open gable para eficiencia.
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Italia – Trentino–Alto Adige: la pergola trentina/altoatesina es típica en laderas; hoy convive con VSP según variedad y objetivos.
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Portugal – Minho/Vinho Verde: la ramada/latada (pergola tradicional) elevaba la canopia sobre granitos o árboles, útil en climas muy lluviosos.
¿Cuándo conviene cada sistema?
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Elige parral si tu prioridad es proteger racimos del sol/lluvia, producir uva de mesa de calibre, o si tu parcela es muy húmeda y la ventilación elevada ayuda a la sanidad.
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Elige espaldero si buscas mecanizar (poda, deshoje, vendimia), controlar con precisión la exposición de racimos y optimizar costos de labor.
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