Datos para conocer al Bonarda

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Nacida en Savoya (llamada Corbeau Noir), la Bonarda encontró un nuevo hogar y una particular expresión de terroir en Argentina. Es la segunda cepa tinta más plantada en el país solo detrás de la Malbec. Por su carácter frutal con notas a frutos rojos y negros, y una coloración alta ha sido altamente utilizada en vinos de corte. Hoy destaca por si misma, con grandes expresiones monovarietales. 

Origen de la Bonarda

Durante muchos años se creyó que la Bonarda era originaria de Italia, específicamente, Piamonte, donde  hay una variedad «Bonarda Piemontese». Sin embargo, la Bonarda argentina es en realidad la Corbeau Noir francesa, de la region de Savoya. Una prueba del ADN de las hojas lo confirmó en 2009. Durante años en Francia se combirtió en un varietal prohibido que había dejado de plantarse, pero con el renacer en Argentina comenzó a tener una nueva vida en países como Francia, Portugal, Italia y Suiza.

Su segundo hogar

Esta variedad llega a nuestro país a través de las corrientes inmigratorias de fines del siglo XIX, iniciándose su cultivo en la región de Cuyo. En Argentina encontró un terroir que la destaca, al punto que se convirtió en la seguda cepa tinta más planta del país. Por eso sela reconoce como su segunda casa. El país no produce tantos vino de este varietal sino que en su mayoría la bonarda se utiliza para corte. Combina muy bien con Malbec, se la utiliza en varios de los vinos dirigidos a la exportación ya que la hace más amigable al gusto europeo y norte americano. Para el comercio interno se la mezcla con Syrah.

Descripción de la Bonarda

La uva de la vid de la bonarda es gruesa y sus racimos compactos. Es una uva vigorosa que se adapta bien a diferentes tipos de suelo y climas. En términos de vino, la Bonarda produce vinos tintos de cuerpo medio, con una acidez media y taninos suaves. Destaca su caracter frutal en los aromas, como a frutos negros y rojos, como arándanos, ciruelas, fresas, y frambuesas. Puede dar notas florales como a violetas.

Histórica cepa de producción masiva

Durante mucho tiempo, la Bonarda fue subestimada y se destinaba principalmente a la producción de vinos de mesa simples o para mezclar con otras variedades debido a su gran potencia de producción, sus racimos dan una enorme cantidad de frutos. Sin embargo, en los últimos años, los productores han comenzado a reconocer su potencial y a elaborar vinos de alta calidad con esta cepa, lo que ha llevado a su creciente popularidad en el mercado internacional.

Su versatilidad y potencial para producir vinos de calidad la convierten en una variedad cada vez más apreciada por los amantes del vino en todo el mundo.

La producción de Bonarda

Por su aporte de color y caracter frutal se consideró de gran aptitud para vinos de corte, especialmente con Malbec. Ante su potencial enológico, se reducjo la producción por hectárea lo que pertmitió lograr un fruto de calidad excepcional. Desde ese momento comenzó la producción monovarietal, así como su incorporación a cortes en vinos de expotación.

Según los datos de Instituto Nacional de Vinicultura (2024), en superficie, la bonarda es la segunda variedad tinta más plantada en la Argentina después del Malbec. Está presente en 13 de las 18 provincias vitivinícolas de Argentina. En 2024 se produjeron 1.772.793 quintales de Bonarda. Es la tercer variedad cultivada en el país, luego de Malbec y Cereza. Su mayor producción se da en Mendoza, seguido de San Juan. 

Del corazón de Mendoza este Pala Corazón Bonarda 2023, gran representante de la variedad.

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